El pasado 10/11 A.P.A.S Cumplió 70 años de vida, el aniversario fue festejado el 26/11 en el salón Marquis, entre los asistentes se encotnraba el Ing. Agronomo Roberto Olivero.
Quién efectuó un un informe sobre los inicios de la gremial, incluso antes de ser conocida como A.P.A.S
Aquí compartimos el documento :
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DE LA SOCIEDAD DE FOMENTO AVÍCOLA A LA ASOCIACIÓN DE PRODUCTORES AVÍCOLAS SUR. UN RECUERDO DE LA FUNDACIÓN Y PRIMERAS DÉCADAS, EN EL ANIVERSARIO NÚMERO 70
Ing. Agr. Roberto Olivero
Departamento de Producción Animal y Pasturas. Facultad de Agronomía
Es la grata fecha en que SUR cumple 70 años, una oportunidad para recapitular aquel principio de una gremial que ha sido y es referente en el sector avícola. SUR fue fundada el 10 de noviembre de 1953, con el fin de ser una asociación para el fomento de la avicultura. En ese momento se llamaba “Sociedad de Fomento Avícola SUR” y la fundación tuvo lugar en la sede de los Servicios Agronómicos de San José.
En la reunión se determinó que serían los socios activos Dante Rovascio; Pedro Achenbach; Luis Goñi y Daniel Larriera; los socios adherentes el ingeniero agrónomo Armando Kelly y Bernardo Perera, y el socio honorario Alberto Terra. Terra, jefe de los Servicios Agronómicos de San José, fue el primer socio honorario. Pedro Achenbach fue el primer presidente, completándose la comisión directiva con el secretario, Larriera y el tesorero Rovascio. Se nombró también una comisión fiscal. Se encomendó a la directiva la realización de gestiones para obtener la personería jurídica y se decidió invitar por medio de una circular o por la prensa a los avicultores que desearan ingresar a la sociedad. A las 18 y 30 se levantó la sesión.
La primera reunión de la comisión directiva se realizó el 23 de noviembre. Rovascio ofreció su comercio como sede de la sociedad en Sarandí 349. Se definió un sello que mandó confeccionar Larriera, y un emblema, que llevaría “[…] un pollito con un pedazo de cáscara (Hubbard Farms), la inscripción SUR y Sociedad de Fomento Avícola sobre una franja verde”, quedando Larriera en realizar este trabajo. En cuanto a la cuota social, se definió que la misma se cobrara desde enero de 1954, quedando Rovascio a cargo de realizar los recibos. Achenbach presentó un proyecto de circular en tanto Larriera envió un breve comunicado al diario El País.
De esta sencilla manera se inició una institución que estaría llamada a permanecer por décadas y participar del desarrollo de la avicultura industrial en el Uruguay. Se sumaron al grupo inicial otros avicultores como Enrique Bretchsneider; el ingeniero químico Luis Deambrosis; el doctor Hebert Trenchi Domínguez; Horacio Gomensoro; Juan José Mallarini y otros, que fueron calificados como “entusiastas pioneros de la avicultura tecnificada”.
En 1958 ocurrió el cambio de denominación, que permanece hasta la actualidad. Con el tiempo, se designaron socios honorarios a notorias personalidades del sector, como Julio Echevarría, José Sala, Francisco Mosquera, Hebert Trenchi Domínguez, Catalina G. de Bretchsneider (“la abuela de la avicultura”), Eduardo J. Corso, Manuel Iglesias y Horacio Gomensoro. Además, referentes del agro o de la política nacional fueron socios honorarios, como Alberto Gallinal o Jorge Batlle Ibáñez, quien recibió en 1970 el número de socio 1347.
Recae en el haber de las primeras décadas de existencia, el hecho de que criadores referentes definitivos de la avicultura, integraron SUR en el período considerado. Tales fueron los casos de los fundadores Achenbach y Larriera, así como de Enrique Bretchsneider, Jesús González, Luis Deambrosis, Eduardo Díaz Cabana, José Vales, Franco Airoldi, Antonio Lavorerio, Felipe Frachia, Héctor Fassanello, Dionisio Pera, Antonio García, Emilio Poggio, Luis Moro Revello, Carlo De Benedetti, Julio Arocena Noceti, José Cittadino, Julio Montemurro, Ricardo Claramunt y Diego Balestra, por nombrar solamente a algunos de los más destacados, en lista no exhaustiva, y fijándose como límite el fin de los 60 y los muy tempranos 70, hasta dónde se ha realizado la revisión.
Además de muchos apellidos de avicultores tradicionales de la cuenca avícola del departamento de Canelones (de los cuales son un mero ejemplo Villalba, Alpuin, Duque, Canaparo, Parodi, Cosentino, Bentancor, Mourat, Saule, Capeche o Pagliano), cabe citar a socias como Zaida Camejo y Sara Laña de Araújo, dinámicas damas con vocación gremial, cuyo nombre quedó presente en la vida de la institución. Una revisión primaria en base a las actas disponibles arroja la cifra de alrededor de 50 mujeres afiliadas, desde los inicios a 1970.
La mudanza en diciembre de 1963 al local de la Comisión Nacional de Fomento Rural, desde la sede de la Federación Rural, y la “campaña pro-sede” con contribuciones de los socios y de externos para la compra de la ansiada sede de Totoral del Sauce, fue parte del proceso de maduración en los años 60. Formar desde cero una institución no fue tarea sencilla, desde la definición de los estatutos sociales (logro importante de los años 50, muy claros y concisos, que demuestran nivel intelectual de quiénes los formularon), a las distintas comisiones o subcomisiones, que en esas dos primeras décadas de existencia debieron afrontar los más disímiles puntos que la situación indicaba. Así, pasaron entre otras, las comisiones de Medicamentos; de Exportación; de Campaña de Socios; de Newcastle, y hasta hubo una Comisión de Cerdos.
La representación ante organismos era habitual, y así la gremial marcaba su presencia ante la frustrada Comisión Nacional de Fomento Avícola e Industrias Afines; el Consejo Nacional de Subsistencias; el Servicio Oficial de Distribución de Semillas y la Dirección de Abastecimientos Agropecuarios; la cooperativa CANAVI; la Sociedad de Avicultores y Cunicultores del Uruguay o CRIA, organismo que intentó la promoción de los productos avícolas.
En cuanto a logros, es de destacar el impulso al sector, de manera global, movilizándose para dialogar con sus pares, las otras gremiales; con los estamentos del sector público o privado; operadores de exportación; embajadores en busca de financiamiento, sin dejar de golpear las puertas de las más altas jerarquías, ya sean intendentes, ministros, o el propio presidente de la República. Varios referentes de la avicultura mundial se contactaron con SUR. Debe destacarse el interés por el mantenimiento de la condición sanitaria, estando siempre presente los temas de pullorosis y sus diagnósticos, y las soluciones posibles a través del acceso del socio a productos antimicrobiales. También la preocupación por la prevención y control de la enfermedad de Newcastle fue un tema relevante.
Se organizaban conferencias y reuniones de productores y se publicó el boletín avícola, que hoy constituye un elemento fundamental para reconstituir la historia de la avicultura en el Uruguay, lo mismo que las actas que se guardan en la actual sede de la avenida 18 de Julio. También SUR intervenía en audiciones radiales.
Como un hito debe verse la participación de la gremial en la fundación de la Asociación Latinoamericana de Avicultura (ALA), que tuvo lugar en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el 23 de abril de 1970. El ingeniero químico Luis Deambrosis fue delegado de SUR en la comisión que tuvo como fin la organización de ALA, y varios socios concurrieron al congreso. Los avicultores se reunieron para el que fue el primer congreso latinoamericano de avicultura, iniciador de una larga trayectoria que continuará el año próximo dado que en 2022 Uruguay fue designado sede para el congreso a realizarse en Punta del Este en 2024. Esta designación coincidió con la asunción de Joaquín Fernández, presidente de APAS, quien pasó a presidir ALA por primera vez en representación de nuestro país.
Un capítulo aparte de la historia lo constituyeron las actividades sociales. La celebración del “Día del Avicultor” era una de ellas. De los propósitos, se decía: “En dicho día, los trabajadores en la avicultura harán un alto en sus pesadas tareas, para reunirse con sus colegas, en horas amenas, intercambiar ideas y considerando asuntos de interés para su trabajo cotidiano”, y así hubo fiestas en el Vivero de Toledo, en Tala, San Ramón y Las Piedras, que permitieron generar un espíritu de grupo entre los avicultores y sus familias, que fue base de unión del sector, aun habiendo discrepancias superficiales o de fondo. Se daban los premios llamados “El gallo de oro” y “La pluma de plata”, había stands, se elegían reinas y las reuniones a veces finalizaban con un baile.
Una actividad tradicional era el obsequio de pollos a fin de año para determinadas personas. También para las fiestas de fin de año se hacía una circular de saludo a los socios y envío de tarjetas a las firmas comerciales que habían colaborado.
Las acciones solidarias también estuvieron presentes, como las colaboraciones a causas nobles. En 1962 se dispuso contribuir con dinero a la campaña de la Asociación Uruguaya de Lucha contra el Cáncer, pero no fue el único caso.
No hay que olvidar a los funcionarios que tuvo SUR en aquellos primeros tiempos, y especialmente citar a María del Carmen Chiesa, por todos conocida como “Chichita”, que ingresó en la década del 60 y prestó su más que eficiente colaboración durante muchos años.
Finalmente, deben nombrarse a todos los presidentes del período 1953-1971: Pedro Achenbach, Aníbal Cassarino, Enrique Bretchsneider, Daniel Larriera, Tulio Avelino, Juan José Mallarini, Luis Deambrosis, Alberto Peña, Eduardo Díaz Cabana, Eduardo J. Corso, Filiberto Ginzo, Mario Biasi y Hebert Trenchi Domínguez.
Cabe saludar y felicitar a esta asociación que ha hecho mucho por la avicultura en nuestro país.>>
26/11/2023